Durante los primeros años de vida, nuestro cerebro aprende a ver con las imágenes que nuestros ojos recogen del entorno, si esas imágenes no son nítidas o los ojos no están trabajando de forma normal y coordinada, pueden aparecer problemas importantes en el desarrollo visual del niño así como en su desarrollo de aprendizaje, ya que el 80% de la información que nos llega es a través de nuestro sistema visual, resultando estas condiciones muy limitantes para el rendimiento escolar y la futura vida adulta (estrabismo, ambliopía (ojo vago) etc). Las revisiones pediátricas no son suficientes para evaluar la función visual y perceptiva de los niños, desde los 6 meses de edad deben valorarse el estado refractivo, acomodativo y binocular y de salud ocular para prevenir condiciones o mejorar capacidades que solo pueden tratarse de forma efectiva en los primeros 5-6 años de vida. El 35-40% de los niños con problemas de aprendizaje tienen problemas visuales. Específicamente, se ha encontrado que al menos el 20% de los individuos con problemas de aprendizaje tienen problemas importantes para el procesamiento de la información visual y el 15-20% tiene problemas de eficiencia respecto a sus habilidades visuales.